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Simplemente animales que crean una bola de fuego

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Hace un tiempo conocí el caso de los lobos en el parque yellowstone . Este caso genera una profunda reflexión, cuando nos muestra que al erradicar un grupo de animales, los lobos, que eran los predadores naturales de los ciervos y alces, provoca que estos se multipliquen a tal punto que acaban con el ecosistema.  Hoy me encuentro con un artículo titulado " La Tierra será una bola de fuego: Stephen Hawking " y me hace pensar que somos como los alces para el ecosistema de Yellowstone. En el caso del parque fue el ser humano el que acabó con los lobos y después al darse cuenta del problema volvió y los trajo al ecosistema y este se recuperó.  Sólo me surgen preguntas:

¿Cuál será la creencia?

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Una pregunta en particular siempre ronda mi mente: ¿cuál creencia nos impide mejorar significativamente? ¿Por qué necesitamos mejorar significativamente? Basta con salir a la calle para ver gente viviendo en caños, pidiendo limosna en las esquinas, aguantando hambre, o ver noticias, para escuchar sobre asesinatos, destrucción de ecosistemas, torturas y un largo etcétera.  Por otro lado los más afortunados, vivimos en un día a día de trabajo para tener unos ingresos que  permitan cubrir gastos y darnos algunos "lujos", como ir al club a sentarse en la taberna, ver un partido de fútbol y hablar de la vida de futbolistas. 

Momentos de parque

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Mientras espero sentado en el columpio escucho una mujer que, mientras pasea su perro, habla por teléfono con alguien, “la embajada de Japón hace un tiempo me prestó uno y todavía lo tengo”, entre risas le sugiere que vaya a la embajada y diga que va a representar a Japón en algo. Cuelga y le dice a su amiga “necesité el Kimono para unos conciertos, me dijeron que lo devolviera en dos años, pero la persona ya no estaba en la embajada. Tal vez senté un mal precedente en el préstamo de Kimonos”.

Terremoto de vida

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Cada vez me impresiona más lo atrapados que estamos en este sistema que por razones aún desconocidas hemos decidido imponernos. Cada minuto desde que nacemos logramos estar atados a la generación permanente de capital, por lo menos así sucede en nuestro país donde tenemos que pagar la salud y la educación. Podría pensar que el estar en el sistema es algo voluntario, pero la realidad es que no es así porque nacemos dentro de él.  Cuando logro entender que estoy atrapado en el sistema ya es demasiado tarde, es como haber nacido en una jaula tan grande que no se ve y sólo al empezar a recorrer empieza uno a encontrarse con los barrotes. Algunos la pasan muy bien dentro de los barrotes al punto que poco recorren la jaula y pueden pasar la vida sin siquiera notar que existen y cuando alguien les dicen que existen lo tildan de idealista o loco. Aunque también puede pasar que vean los barrotes pero que simplemente piensen que así es el mundo, como hace tiempo algunos creían que la tier

Mi intrascendente misión en la vida

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Los domingos en la tarde tienen una característica que los hace muy especiales, son tal vez la parte de la semana que más sentimientos encontrados puede ofrecer. Está el cansancio del goce del fin de semana y la conciencia de que comienza un nuevo día hábil, donde se debe trabajar o estudiar. Y saltarse esta parte de la semana no aliviaría nada, porque simplemente llegaría el lunes implacable con las rutinas en la que la mayoría nos encontramos inmersos. Bueno ha sido en esta parte de la semana donde me he hecho consciente de mi misión en la vida y he descubierto que es una misión completamente intrascendente, indispensable pero intrascendente, y que además cualquiera puede realizar.