Terremoto de vida

Cada vez me impresiona más lo atrapados que estamos en este sistema que por razones aún desconocidas hemos decidido imponernos. Cada minuto desde que nacemos logramos estar atados a la generación permanente de capital, por lo menos así sucede en nuestro país donde tenemos que pagar la salud y la educación. Podría pensar que el estar en el sistema es algo voluntario, pero la realidad es que no es así porque nacemos dentro de él. 

Cuando logro entender que estoy atrapado en el sistema ya es demasiado tarde, es como haber nacido en una jaula tan grande que no se ve y sólo al empezar a recorrer empieza uno a encontrarse con los barrotes. Algunos la pasan muy bien dentro de los barrotes al punto que poco recorren la jaula y pueden pasar la vida sin siquiera notar que existen y cuando alguien les dicen que existen lo tildan de idealista o loco. Aunque también puede pasar que vean los barrotes pero que simplemente piensen que así es el mundo, como hace tiempo algunos creían que la tierra era plana. 


Darme cuenta del encierro no me ayuda a salir de él, simplemente hoy tengo que cubrir mis gastos de salud, educación de mis hijas, alimentación, vivienda, transporte, y sólo con esos ya requiero un mínimo de dinero suficientemente alto para mantenerme. Esto le pone otra pieza interesante a la situación y es que la generación de dinero tal vez se facilite si se es políticamente correcto, si no se anda hablando de los barrotes y menos tratando de salir a través de ellos o quitando por lo menos uno. 

Como cualquier jaula, esta limita nuestro desarrollo como humanidad, jugar dentro de estos límites nos impide disfrutar y aprovechar todo lo que está por fuera y que seguro nos facilitaría un mejor vivir. No hay razón lógica que permita explicar por qué no es posible que todos tengamos lo básico y podamos contribuir aún más al beneficio de la comunidad. La tierra tiene los recursos para producir suficiente cantidad de alimentos y materias primas para todo lo que realmente necesitamos. Y si la mayoría de personas pudiéramos liberar el tiempo y la atención que utilizamos para sobrevivir, lo podríamos utilizar en construir un gran vivir. 

Por ejemplo ¿Cuánta energía y atención está puesta hoy en actividades de comercialización?, ¿cuántos cerebros desperdiciados tratando de vender más cosas a otros? En  Bogotá pareciera que nace un centro comercial cada mes e igual pasa con locales para vender cosas y más cosas. Nuestra sobrevivencia aparentemente gira alrededor del consumo, tan es así que si el consumo baja se vuelve catástrofe mundial. 

Pero la naturaleza nos muestra una y otra vez cuál puede ser un mejor camino, las emergencias traen innovaciones sin precedente, desafortunadamente como son emergencias no nos detenemos a analizar nuestros comportamientos en ese momento sino que tratamos lo antes posible de volver a la "normalidad". Con el terremoto de ayer en México y sucede normalmente con las tragedias, aparecen titulares como "la solidaridad [en el terremoto] no tiene límites", "prioridad rescatar a personas", "comunidad internacional se solidariza", "telefonía y servicios de salud para toda la gente". Sólo imaginar por un momento un titular de estos un día común y corriente, sin tragedia, me da una gran sensación de alegría, una señal de que vamos por el camino que es mejor para todos. Lo que se vuelve prioridad en las tragedias son las personas, el capital pasa a un segundo plano, esto nos debe dar una buena idea de hacia donde debemos caminar. Ojalá no nos tardemos tanto en comprenderlo y no siga siendo algo que sólo sucede en las tragedias.

Cierro citando a un amigo que está viviendo la situación en México:
"Te comparto que ayer estando con la gente, en la calle, sintiendo la unidad, la colaboración, la reconstrucción, nos conmueve hasta el alma ver la solidaridad y generosidad humana expresándose sin expectativa.
Somos más que miedo, escasez, violencia y corrupción, luchando por nada.
Somos Amor profundo, poderoso, genuino, libre...
Somos Seres vivos Espirituales, descifrándonos, reconociéndonos como Amor puro, viendo pureza en este dolor, en este vivir, en esta  humanidad.
Aunque la tristeza es profunda y duele el corazón el Amor la abraza y lo ilumina" Alejandro Pérez Molina

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