Por el bien de Colombia ¡No a la reelección!

Hoy cuando se abre el debate para una segunda reelección, es preciso analizar qué tan conveniente es para el país, qué puede ser lo bueno y qué lo malo, para con base en esto tomar la mejor decisión. Abordaré el análisis desde tres puntos de vista, el económico, el social y el político.

Desde el punto de vista económico según las cifras el PIB ha aumentado en sus años de gobierno, con un crecimiento mayor al promedio de la región. El crecimiento económico, en gran parte, se ha dado debido al gran aumento de la inversión extranjera directa. Sin embargo cuando revisamos en dónde se ha concentrado esta inversión encontramos que el principal receptor de estos recursos ha sido el sector petrolero. Gracias a los altos precios del petróleo, muchas corporaciones multinacionales están buscando hacerse con este jugoso negocio donde les sea posible, y Colombia está en esta lista. ¿Será que si tuviésemos otro presidente la situación no sería la misma? Sin duda sería la misma sin importar quien estuviera de presidente, las empresas petroleras siempre han estado en el país y en los lugares de mayor conflicto, la rentabilidad del negocio lo puede todo.


En segundo lugar está el sector manufacturero, dentro del cual la transacción más grande fue la compra del 52% de Acerías Paz del Río por una una firma brasilera, seguida por la venta de Petco a una empresa mexicana. Esto nos permite ver que la inversión extranjera ha consistido en comprar empresas ya existentes en el país, es como vender la casa y luego decir que ha mejorado mi situación económica. Otro ejemplo de esto fue la venta de Bavaria.

Conclusión en lugar de un verdadero desarrollo económico, podemos estar hablando de que se mejoró la liquidez del país, pero a costa de los ingresos del futuro, igual que lo que le pasa a una empresa cuando vende sus activos o a despedir empleados para mejorar su liquidez. En el corto plazo esto da una sensación de bienestar, sin embargo en el mediano plazo puede llevar a la quiebra a la empresa. Un ejemplo de la gravedad de la situación es la balanza comercial negativa y el déficit fiscal que hoy tiene el país.

El segundo punto de vista que quiero abordar es el social. En este punto hay un mayor consenso sobre la mala gestión del gobierno. Encontramos cosas como aumento de la informalidad, maniobras estadísticas para mostrar mejores cifras en cuanto a desempleo y aún así lo único que se ha logrado es mantenerlo igual, situación que se refleja en el aumento de la pobreza en el país. Y más grave que lo económico está el atropello a los derechos humanos, por parte no solo de los grupos ilegales sino del mismo Estado. Hoy ya encontramos varios militares condenados por masacres de campesinos. Y dando apenas un breve vistazo a la educación y a la salud vemos que la situación no es nada favorable, hoy se dice que la cobertura de salud es tan deficiente como lo era cuando se propuso el nuevo sistema, con el agravante que ahora cubre menos problemas. De hecho nos encontramos con mucha frecuencia situaciones donde para ser atendido es necesario recurrir a tutelas.

Y por último el punto de vista político. En la constitución de 1991 se acordó que no se permitía la reelección. Cuando sube Uribe al gobierno lo hizo aceptando este pacto social establecido, sin embargo a la mitad de su gobierno, aprovechando su supuesta popularidad decidió modificar ese acuerdo social para que pudiese ser reelegido. Se pasó un proyecto ante el congreso para modificar la constitución y después de varios inconvenientes salió aprobada, sin embargo dejó un sin sabor. El sólo hecho de modificar la constitución para su propio beneficio es una acción que debilita la institucionalidad del país, fue una ataque directo a los cimientos de la misma.

Al ser aprobada la reforma, siguió todo su gobierno haciendo campaña, y cuando se lanzó obtuvo una ventaja arrolladora sobre los otros candidatos. Hoy muchos de los congresistas que aprobaron el proyecto de reelección están siendo investigados, y algunos ya han sido sentenciados, por vínculos con paramilitares. El último congresista capturado fue Yidis Medina quien confesó haber cambiado su voto a cambio de los beneficios que le había prometido el gobierno, en cabeza del presidente. Este hecho no solo es grave por el delito de cohecho cometido, sino porque demostraría que la aprobación del proyecto de reelección fue ilegal y por lo tanto convierte al gobierno actual en un gobierno ilegítimo.



Si la mejora económica que se supone era su mayor logro se ha dado gracias a las circunstancias mundiales y será fugaz para el país, y lo social e institucional se encuentran tremendamente amenazados, entonces apoyar una nueva reelección es como apoyar un atentado contra nuestra propia madre, la madre patria, es darle un empujoncito para que caiga más rápido, usted decide.

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